Borrón y cuenta nueva. Eso debería hacer. Sigue doliéndome leer todas las palabras que tuve que llorar por él, aun sabiendo que nunca las leería, que nunca significarían nada para nadie que no fuera yo. Que él estaba al margen de mi vida, que yo estaba al margen de la suya.
Y hoy me descubro a mí misma leyendo, y hay tanto dolor que todavía no entiendo cómo pude sorportarlo.
Y entiendo menos todavía cómo no fui capaz de ver que la solución estaba cada día ante mí, más cerca que nadie, más lejos que todos. Tan cercano y lejano a la vez que parecía inalcanzable aun cuando podía abrazarlo siempre que quería. Él me ha sacado de todo eso, y él se merece que lo haga. Borrón y cuenta nueva. Y construir cada uno de los días de mi vida, desde hace ya dos meses, dejando de lado el dolor, aparcado en un rincón. Sin ganas ya de luchar por nada que no sea él, y viviendo en una constante cuenta atrás para poder verlo cada fin de semana.
