Deja que los sentimientos se consuman, ¿vale? Como se consumiría una llama... Hasta desaparecer. Como desaparece el fuego entre dos amantes. Olvidar está en manos de todos, siempre y cuando queramos, y es que es muy fácil aconsejar a los demás, pero otra cosa es aplicarse el cuento. Cuando ya parece que nada a tu alrededor vale la pena, te das cuenta de que es un poco tarde. De que deberías haber frenado a tiempo, la primera vez que dolió demasiado. Quizás podrías haber esperado incluso a la segunda. Pero llega un punto en que nadie se merece más esas lágrimas.
La verdad es que es horrible saber que eso que quieres nunca va a poder ser tuyo...
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